miércoles, 11 de mayo de 2011

Aplicando el liderazgo personal a un punto de vista político

Artículo "Barack" extraído del libro "Liderazgo, marca personal y comunicación", de Pablo Adán.

Barak Obama, el modelo de liderazgo mundial, el referente del marketing político, de la gestión, de la ilusión, el modelo de las escuelas de política y de negocios, se desinfla, y con él decenas de millones de personas que confiaron en él como en un Mesías.


Llegó prometiendo un cambio radical, una manera diferente de acometer los problemas de los norteamericanos, de afrontar reformas sociales y de cambiar la imagen de USA en el mundo. De una manera o de otra todos hemos seguido las evoluciones de la política estadounidense. Unos por interés y otros porque no les ha quedado más remedio. Así, Obama con su yeswecanismo consiguió poner en pie a casi una nación entera deseosa no sólo de cambios formales, sino estructurales.

Cierto es que los demócratas han plantado mucha batalla en cuestiones legislativas, impuestos, leyes. Y es evidente que la imagen exterior ha cambiado, a partir del inicio de la retirada de tropas. Pero cuestiones como la mezquita junto a la zona cero, o los problemas para cumplir la sanidad pública, han generado desconfianza, lo que unido a la lenta recuperación de la economía y el empleo, han comenzado a desinflar el Efecto Obama.

En una reciente entrevista a la CBS, Obama admite haber perdido su “toque especial”. ¿Sabéis a qué se refería con esa frívola metáfora? A la persuasión. Gran palabra, gran cualidad. Textualmente dijo: «persuadir a la gente, darles confianza, y hacerles sentir unidos», y en «defender los argumentos de manera que la gente los pueda entender».
Para entender sus palabras basta con analizar la estrategia de comunicación de las intervenciones de Obama, basada en una imagen de liderazgo participativo, o sea, de involucrar a los votantes a construir con él. Y lo hace en positivo (YES), cambia el YO por el nosotros (WE) y lo hace creíble a través de un discurso integrador que invita a creer, donde él es el líder, el vehículo de unión, más allá de la persona (CAN). Y le creen. Y le siguen.

En su discurso de agradecimiento a los votantes tras su victoria de 2008 decía: “ Juntos llegamos a la meta. Juntos le demostramos al país – y al resto del mundo – que el cambio es posible.

 El cambio es posible. Juntos lo hemos comprobado”.



Más allá de los datos del último proceso electoral, y del dramático descenso de sus índices de popularidad, la Marca Obama se desinfla por falta de cumplimiento de algunas promesas, por falta de confianza de sus votantes, o por no haber sabido ser lo suficientemente persuasivo. Lo cierto es que la burbuja se desinfla. Pero quizás tenga algo de aire en la reserva.

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