martes, 17 de mayo de 2011

El valor de la sinceridad


Mario Cubero Galván es un hombre con una cualidad muy importante a la hora de ofrecer confianza a sus clientes, la sinceridad. Es una persona que no duda en expresar en cada momento lo que siente, sin miedo a perder clientes de esta manera y sin “pelotear” a quienes son habituales para que sigan siéndolo o a quienes son nuevos clientes para conseguir que se vuelvan habituales. Para él, la sinceridad es un valor con el que se identifica desde niño y afirma que no podría cambiar su personalidad o perder este valor para conseguir vender, y además añade que cree que gracias a su forma de ser se puede dar gran parte del éxito que tiene su negocio.


 Bajo mi punto de vista, antes de realizar la entrevista, siempre había pensado que la sinceridad es importante, pero también creía firmemente que para vender no se puede ser sincero del todo y muchas veces hay que decir a los clientes lo que quieren escuchar.

Después de mi encuentro con Mario, comprendí que hay ciertas personas como él que aunque digan una verdad que moleste o duela, es una verdad que se acepta y al final se agradece y se premia volviendo al negocio, en este caso. También pienso que esta personalidad no la tiene cualquier persona y es un valor innato, un valor que además ayuda a ejercer como un buen líder. Por tanto, hay que tener cuidado con ello porque no a todo el mundo le funciona, y es más, la mayoría de las personas que tienen un negocio no pueden ser totalmente sinceras como lo es este hostelero y deben callarse o mentir a los clientes para conservarles.

En mi opinión, esta sinceridad debe unirse a otros rasgos del carácter para lograr ser algo positivo en el negocio. Rasgos como la simpatía, la alegría de vivir, la amabilidad, la espontaneidad, la buena voluntad, el respeto… todos ellos pertenecientes a la personalidad de Mario. En mi entrevista, él fue una persona que me trasmitió muchísima alegría bromeando conmigo en alguna de las preguntas, amabilidad al ofrecerme almendras garrapiñadas que en ese momento estaba elaborando y al mostrarse totalmente receptivo a mi entrevista, respeto al contestarme a todas y cada una de mis preguntas y siempre con una sonrisa… y finalmente sinceridad en sus respuestas (por ejemplo enseñándome la carta de la Casa Real que certifica que allí han probado sus almendras, como me había dicho) y no queriendo aparentar ser quien no es. Mario Cubero, para mí, es un gran líder y seguirá siéndolo siempre con su autenticidad y su buena imagen.



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